Circular desde
la escuela rural

El proyecto «Circular desde la escuela rural» es un proyecto de cooperación entre grupos de desarrollo rural dirigido por la Asociación Territorio Mudéjar.

En el proyecto han participado: ADRI Calatayud-Aranda, ADRI Jiloca-Gallocanta, FEDIVALCA -Valdejalón y Campo de Cariñena-, ASOMO Tarazona y el Moncayo, CEDEMAR -Bajo Aragón Caspe y Ribera Baja del Ebro-, ADRAE -Ribera Alta del Ebro- y ADEFO Cinco Villas.

El objetivo es desarrollar materiales educativos en torno a la identidad mudéjar de los pueblos poniendo como centro del proyecto a las escuelas rurales y a la comunidad educativa de los pueblos.

A partir del trabajo desarrollado, durante casi tres años, los alumnos de quince escuelas han diseñado un paseo por su localidad en el que podemos conocer  los principales puntos de interés y su vinculación con la cultura mudéjar.

Magallón

El recorrido se ha realizado siguiendo el modelo de trabajo de las escuelas que participaron en el proyecto y adaptado a la localidad de Magallón.

Magallón, cuenta con diversas huellas de las diferentes culturas que han habitado el lugar en el pasado: íbero, romano, árabe y judío. Uno de sus símbolos más destacado es la ermita de Nuestra Señora de la Huerta, de la que se conservan parte de los muros perimetrales y un hermoso ábside poligonal de siete lados del que solo existen dos ejemplares en todo Aragón.

1. Historia del pueblo

Como se ha adelantado, en el territorio que hoy ocupa Magallón, históricamente se han asentado distintas culturas. Desde este lugar vamos a explicar su historia: primero fue asentamiento íbero y posteriormente romano. Encontramos la antigua Caravi sobre los promontorios del Castillo y del Cabezo. Más tarde este lugar fue conquistado por los musulmanes y poblado también por los judíos. La iglesia donde nos encontramos se denomina de San Lorenzo. La parte más antigua de esta iglesia es la torre campanario, que formaría parte de la torre del castillo medieval del siglo XII que habría en este mismo lugar.

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2. Coexistencia de culturas

En Magallón conservamos morería y judería. Se ubican en las laderas de lo que fue el castillo y hoy la iglesia de San Lorenzo. Las calles son estrechas y sinuosas, llenas de callejones y adarves y predomina el color blanco. Son de esta manera respondiendo a dos cuestiones: por una parte, para hacer frente a las condiciones climatológicas tan extremas de toda la zona, con mucho calor en verano y mucho frío en invierno. Por otra parte, siguiendo la tradición de la vivienda musulmana, donde la vida se realiza de puertas adentro, conservando así la privacidad. El barrio de la judería estaba entre los barrios que hoy en día se denominan del Calentejo y de San Miguel. El barrio de la morería se ubicaba en las inmediaciones de la iglesia de Santa María de la Huerta.

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3. Importancia del agua y la agricultura

Para la cultura islámica, el agua era un bien sagrado. La abundancia de agua favoreció el desarrollo trabajos agrícolas y, por lo tanto, de mejora y desarrollo de ingeniería hidráulica que todavía se percibe hoy en día: acequias, azudes, norias y aljibes son algunos de los ejemplos que hemos conservado. En Magallón destaca un fértil paisaje bañado por el río Huecha.

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4. Materiales de construcción

Los materiales utilizados por los mudéjares son materiales que podemos encontrar en el entorno, lo que llamaríamos, de cercanía. Los más comunes son el barro, el yeso, la madera y el alabastro. Estos materiales aparecen en los monumentos, pero también son los que se utilizan para construir la arquitectura popular, por ejemplo, en Magallón conservamos varios ejemplos de palacios que pertenecían a familias ricas de la localidad.

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5. Arquitectura Mudéjar

La iglesia de Santa María de la Huerta fue el templo del convento que se ubicaba justo al lado, y que hoy corresponde al edificio de la Casa de la Cultura. Al exterior, destaca una rica decoración, los mudéjares necesitaban la decoración como una parte fundamental para construir sus espacios. Así, generaban luces y sombras, que hacían cambiar el monumento dependiendo de la luz y de las condiciones meteorológicas. Respondía a una forma de entender el mundo que partía de su religión, y que alegaba que solo Dios es permanente, y, por tanto, el resto de cosas deben ser cambiantes y perecederas. Es lo que conocemos como la estética de “lo mudable”. Actualmente, los restos de la iglesia han sido rehabilitados como auditorio, por su buena acústica.

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