La torre mudéjar de Villafeliche se levanta a los pies de la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel. Construida a comienzos del siglo XVII, esta torre constituye uno de los mejores ejemplos de este periodo en el cual el profundo arraigo de las formas mudéjares en la sociedad aragonesa, debido al hecho histórico de la tardía expulsión de los moriscos (1610), favorece la reaparición tardía, así como la pervivencia de los sistemas ornamentales mudéjares.

Esta torre se adscribe al modelo de torre de estructura mixta, tan generalizado y extendido a partir de la segunda mitad del siglo XVI; consta de dos cuerpos, el inferior de planta cuadrada sobre zócalo de mampostería, el superior es octogonal. Los sistemas ornamentales a base de ladrillo resaltado se inscriben dentro de la mejor tradición de la escuela de Calatayud, y Villafeliche constituye uno de los mejores ejemplos de la corriente. La decoración del cuerpo inferior es a base de frisos de esquinillas simples y a tresbolillo. El piso se remata con un friso de cerámica blanca y verde.

El cuerpo superior, de planta octogonal, se articula mediante pilastras-contrafuerte en los ángulos y vanos de medio punto en todos los paños, en los que se alternan pequeñas fajas de esquinillas.